Resumen
La sierra es un buen lugar para correr. La costumbre la adquirí hace poco: una forma de mantenerme activo durante la cuarentena. He aprendido que correr es una actividad que demanda una gran concentración. No es, claro, la de la lectura de un libro. Me refiero a que, mientras corres, toda tu atención gira en torno al sonido que produces al inhalar, al exhalar, al poner el pie en contacto con el suelo, y también exige observar dónde deberá caer el siguiente paso, y el que le sigue. El cuerpo, su desplazamiento inmediato, y los sonidos que dicho desplazamiento produce, son en conjunto el único espectáculo de la mente del corredor.